“El Mensajero y sus seguidores creen en lo
que le fue revelado por su Seor [al Mensajero]. Todos creen en Dios, en Sus
ngeles, en Sus Libros y en Sus mensajeros [diciendo:] No hacemos diferencia
entre ninguno de Sus mensajeros. Y dicen: Omos y obedecemos. Perdnanos
Seor nuestro, que ante Ti retornaremos [para ser juzgados]. Dios no exige a
nadie por encima de sus posibilidades, a su favor tendr el bien que haga, y en
su contra tendr el mal que haga. Seor nuestro! No nos castigues si
olvidamos o cometemos un error. Seor nuestro! No nos impongas una carga como
la que impusiste a quienes nos precedieron. Seor nuestro! No nos impongas
algo superior a lo que podamos soportar. Perdnanos, absulvenos y ten
misericordia de nosotros. T eres nuestro Protector, concdenos el triunfo
sobre los que niegan la verdad” (Corn 2: 285 – 286).
Estas
son las dos ltimas aleyas de la segunda sura del Corn, Al Bqara (La vaca).
Este captulo fue revelado en Medina y es la sura ms larga del Corn. Fue
revelada a lo largo de varios aos, y su temtica abarca una serie de asuntos,
principalmente normas, pero tambin doctrinas de fe y conceptos islmicos
fundamentales. Las dos ltimas aleyas resumen los principales temas de la sura,
y definen las creencias bsicas de un musulmn, describiendo la relacin del
creyente con Dios.
Segn las tradiciones del Profeta
Muhammad, la recitacin de estas dos aleyas contiene muchas virtudes. Por
ejemplo, el Profeta Muhammad les dijo a sus compaeros: “Aquel que recite las
dos ltimas aleyas de Al Bqara por la noche, esto le ser suficiente (contra
cualquier mal)”[1].
Estas se encuentran entre las aleyas ms memorizadas y recitadas del Corn.
Comenzamos con la confirmacin de que
el Mensajero, el Profeta Muhammad, cree en lo que le ha sido revelado. Lo mismo
ocurre con quienes lo siguen, aquellos que son conocidos y descritos como los
creyentes. La fe del Profeta Muhammad se desprende directamente de las
revelaciones que ha recibido. Es aqu donde se describen cuatro artculos de fe:
los musulmanes creen en Dios, Sus ngeles, Sus escrituras (libros) y Sus
mensajeros.
Dios es la autoridad suprema, toda
autoridad temporal deriva de l. l no tiene socios y solo l es proveedor de
vida y sustento. Creer en los ngeles implica creer en lo oculto, algo que est
ms all de la observacin humana; lo que la humanidad puede ver y sentir es
solo una pequea porcin de la realidad. Creer en las escrituras de Dios y en
Sus mensajeros es algo que fluye naturalmente de la creencia en Dios mismo.
Creer en Dios es creer en todo lo que l ha revelado. Tenemos una serie de
libros, como la Tor, el Evangelio y los Salmos, y una serie de mensajeros. Los
seguidores del Profeta Muhammad son los herederos de esta gua.
Los mismos creyentes dicen que no discriminan
entre ninguno de los mensajeros. Ellos no creen en unos y rechazan a otros.
Esto es una confirmacin de que todos los mensajeros vinieron con el mismo
mensaje: adorar solo a Dios, el nico. Las leyes tradas por los mensajeros
anteriores al Profeta Muhammad quedaron abrogadas, pero la esencia de la
adoracin, y el mensaje en s mismo, se mantienen sin cambios: no hay divinidad
verdadera digna de adoracin, excepto Dios.
Los creyentes dicen: escuchamos el
mensaje y obedecemos los mandatos de Dios. Despus de aceptar las creencias
bsicas, el musulmn se somete obedientemente a la Voluntad de Dios. La
sumisin es una expresin externa de nuestra fe, con la sumisin y la
obediencia viene el reconocimiento de las fallas de uno, y entonces el creyente
acude a Dios en busca de perdn, para que l pase por alto sus errores y
deficiencias. “Concdenos perdn”, pide el creyente. Esto es tanto una peticin
como una splica.
El creyente tambin reconoce la
realidad del Ms All. “Regresaremos a Ti”, dice. Esto implica creer en el Ms
All y ese es otro artculo de fe, la creencia en el Da del Juicio y en la
rendicin de cuentas de la humanidad. Creer en el Ms All juega un papel
central en formar la conciencia y el comportamiento de una persona, y su percepcin
de las consecuencias de sus actos.
A medida que avanzamos, Dios se refiere
a un problema que molestaba a muchos de los compaeros del Profeta Muhammad.
Como nuevos musulmanes, nuevos creyentes, se preocupaban de que fueran a ser
obligados a rendir cuentas por sus pensamientos, y castigados en consecuencia,
incluso si no realizaron acciones pecaminosas. Dios alivia esos temores
diciendo que l no pone a ningn alma ms carga de la que puede soportar. El
creyente entiende que Dios est completamente consciente de las limitaciones y
habilidades de la humanidad, tanto en su conjunto como en especfico. El
individuo no ser sobrecargado ni puesto bajo coaccin, esto da
tranquilidad a la mente de los creyentes.
Dios no le pide a nadie algo que est
ms all de sus capacidades. Esto demuestra la bondad, compasin y generosidad
de Dios hacia Su creacin. Esto subraya el por qu Dios es conocido como el Ms
Misericordioso. La siguiente frase nos lleva un paso ms all, al enfatizar la
responsabilidad individual. Cada persona se beneficia de cualquier bien que
haya hecho, y se perjudica o es castigada por el mal realizado. Ningn ser
humano resiste ms de lo que es capaz, y la recompensa o castigo se mide para
cada individuo. Los pecados de los padres no son heredados a los hijos.
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[1] Sahih Al Bujari, Sahih Mslim.