Dios dice: “l es el Primero y el ltimo, el Manifiesto y el
Oculto. l conoce todas las cosas” (Corn 57:3).
El Profeta Muhammad (la paz y las
bendiciones de Dios sean con l) dijo, dirigindose a Dios en splica:
Oh, Dios, Seor de los cielos, la
Tierra y el Trono Poderoso! Nuestro Seor y Seor de todas las cosas, Quien
divide la semilla y el grano, Quien envi la Tor, el Evangelio y el Criterio (Corn).
Busco refugio en ti de todo mal, de aquel que agarras por el copete. Oh, Dios!
Eres el Primero, as que nada Te antecede. T eres el ltimo, as que nada
viene despus de Ti. Salda nuestras deudas y enriqucenos para que no suframos
necesidades[1].
Dios es el Manifiesto
Dios es el Manifiesto, Quien es
trascendente por sobre todas las cosas. l es tal en Su esencia y atributos,
as como en Su poder, potestad y autoridad.
Dios declara que l mismo est sobre el
Trono en siete lugares del Corn. Por ejemplo, l dice: “El Compasivo, que
se estableci sobre el Trono” (Corn 20:5).
Y: “Su Seor es Dios, Quien cre los
cielos y la Tierra en seis eras, y luego se estableci sobre el Trono” (Corn
7:54).
Dios tambin dice: “Acaso tienen
garantas de que Quien est en el cielo no har que la tierra los trague
durante un terremoto?” (Corn 67:16).
Y dice: “[Los ngeles] temen a su
Seor que est por encima de ellos, y ejecutan todo cuanto se les ordena” (Corn
16:50).
Los ngeles temen a su Seor que est
por encima de ellos. Del mismo modo, se nos instruye a decir, mientras nos
prosternamos en la oracin: “Gloria a Dios, el Altsimo”. Por lo tanto, cuando
estamos en el estado ms humilde de adoracin, con nuestras frentes sobre el
suelo, exaltamos a Dios y glorificamos Su trascendencia por encima de toda
deficiencia e imperfeccin.
Otro significado de “el Manifiesto” es
que la existencia de Dios es manifiesta para la mente humana con pruebas y
argumentos claros. Las seales del Seoro de Dios son evidentes en la
creacin.
Otro significado adicional de “el
Manifiesto” es que Dios apoya a Sus siervos rectos con Su poder y Su ayuda, y
establece la verdad sin importar cunto se esfuercen aquellos que se oponen a
ella en la enemistad. Dios dice: “Entonces di Mi apoyo a los creyentes y as
vencieron a sus enemigos” (Corn 61:14).
Y l dice: “l es Quien envi a Su
Mensajero con la gua y la religin verdadera para que llegue a prevalecer
sobre toda religin [falsa]” (Corn 9:33).
La religin de Dios es manifiesta. Su
verdad es evidente, apoyada por argumentos y pruebas slidos. Tambin se
manifiesta por medio de la voluntad y el decreto de Dios, de acuerdo con Su
sabidura.
Dios dice: “Les dar Mi socorro a
Mis Mensajeros y a los creyentes en esta vida y tambin en el Da del Juicio,
cuando comparezcan los [ngeles] testigos” (Corn 40:51).
El apoyo de Dios viene de muchas
maneras. Tambin viene cuando Dios quiere que venga. La gente no debe esperar
el xito inmediato por sus esfuerzos, no deben impacientarse ni apresurarse. El
apoyo de Dios, as como todo lo dems que se desarrolla en nuestra experiencia
mundana, tiene sus normas y patrones, aunque dicho apoyo puede venir de formas
que son sutiles o completamente inesperadas.
Al mismo tiempo, debemos saber que Dios
jams rompe Su promesa, as que cuando Dios dice: “Les dar Mi socorro a Mis
Mensajeros y a los creyentes en esta vida”, sabemos que es cierto. Un
creyente puede ser fuerte y manifestarse en el mundo sin estar necesariamente
en una posicin de prominencia.
La crisis que muchos pases del mundo
musulmn sufren en la actualidad, se debe principalmente a problemas internos.
Las amenazas externas a los pases musulmanes no son ms que ecos de
debilidades internas ms fundamentales. Sin embargo, a pesar de todos los
problemas que los musulmanes estn enfrentando en todo el mundo, el Islam se
est extendiendo. La gente est abrazando el Islam a diario. Podemos ver las
estadsticas del nmero de personas que estn abrazando el Islam y ver la
cantidad de nuevos conversos. Ellos no estn aceptando el Islam por ninguna
ganancia mundana, sino porque reconocen que es la verdad.
Ciertos grupos de inters en los medios
de comunicacin sacan mucho provecho de las personas que abandonan el Islam,
aunque a menudo hay claros incentivos mundanos que podran explicar por qu lo
hacen, como estatus, fama, riqueza, ciudadana o una carrera poltica. Al mismo
tiempo, hay miles de acadmicos, cientficos y personas de mente abierta que
aceptan libremente el Islam sin ningn incentivo mundano. Ellos a menudo tienen
que superar grandes obstculos para profesar abiertamente su fe, que es creer en
el Seor de los mundos, el Seor de Moiss, Aarn, Abraham, Jess, Muhammad y
todos los mensajeros de Dios.
Dios es el Oculto
Dios es el Oculto, Quien no puede ser
percibido por los sentidos fsicos: “La vista [de los seres humanos] no
puede abarcarlo, pero l s ve [a todos Sus siervos]. l es el Sutil y el
Conocedor” (Corn 6:103).
Dios no puede ser captado por nuestra
imaginacin. No importa lo impresionantes que podamos creer que son nuestros
poderes, no podemos imaginarnos a Dios. Cualquier imagen que podamos inventar
en nuestras mentes no ser en lo absoluto nada similar a Dios. Entender esto
liberar a muchas personas sinceras de sus dudas, preocupaciones, malentendidos
e incertidumbres que las ponen incmodas.
Un creyente debe saber que, cualesquiera
que sean las sospechas o imgenes que su mente le presente, no pueden ser Dios.
Dios no puede ser captado por la imaginacin ni puede ser completamente
comprendido por la mente. No podemos esperar captar una imagen de l, cualquier
imagen que algunos de nosotros tengamos en nuestras mentes es un producto falso
de nuestros pensamientos, y no tiene ningn valor, sin importar cun hermosa o
terrible sea.
La existencia de Dios es ciertamente
manifiesta. Esto es algo que nuestras mentes pueden captar fcilmente y los
dictados de la razn nos obligan a aceptar. Sin embargo, al mismo tiempo, l es
el Oculto cuando se trata de la naturaleza verdadera de Su esencia y Sus
atributos. l no puede ser visto con nuestros ojos ni est sujeto a las leyes
que gobiernan nuestra existencia material y por las cuales entendemos nuestro
mundo.
Entre los significados que entendemos
de este nombre est que Dios conoce todas las cosas, no importa cun ocultas,
sutiles o confusas sean. Aunque Dios est exaltado por encima del Trono, ms
all de los cielos, l est al mismo tiempo cerca de Sus siervos.
Dios dice: “Cre al ser humano y s
cules son sus debilidades. Estoy ms cerca de l que su propia vena yugular”
(Corn 50:16).
Y tambin dice: “Dios conoce lo que
pronuncias en voz alta, las confidencias que dices en voz baja y lo que est
an ms oculto [los pensamientos]” (Corn 20:7).
Aunque l es el Altsimo, l comprende
toda Su creacin, est cerca de todo, ntimamente consciente de todo lo que
ocurre. Considera cmo Dios menciona estos dos significados juntos en las
siguientes aleyas:
Primero, l dice: “No te he revelado
el Corn para que te agobie, sino que es una exhortacin para quienes tienen
temor [de Dios]. [El Corn] fue revelado por Quien cre la Tierra y los altos cielos;
el Compasivo, que se estableci sobre el Trono” (Corn 20:2-5).
E inmediatamente despus de mencionar
Su trascendencia y sublimidad, dice: “Dios conoce lo que pronuncias en voz
alta, las confidencias que dices en voz baja y lo que est an ms oculto [los
pensamientos]. Dios! No hay ms divinidad que l. A l pertenecen los nombres
[y los atributos] ms sublimes” (Corn 20:7-8).
Este nombre de Dios tambin tiene
importancia en la forma en que Dios se relaciona con el mundo visible. Todo lo
que vemos es la posesin directa de Dios y est bajo Su poder. Dondequiera que
volteemos nuestros rostros, contemplamos Su dominio.
De hecho, estos dos nombres (el
Manifiesto y el Oculto) son ricos en significados, aunque Dios solo se refiere
a S mismo por estos nombres en una aleya del Corn, donde dice: “l es el
Primero y el ltimo, el Manifiesto y el Oculto. l conoce todas las cosas” (Corn
57:3).
Contemplar estos nombres enriquece
nuestra fe, nos sentimos ms cerca de l y menos apegados a las cosas materiales,
creadas. Nos damos cuenta de que nuestro conocimiento, nuestras habilidades,
nuestro intelecto y nuestra percepcin tienen lmites. Incluso cuando aplicamos
nuestras mentes para comprender ciertos fenmenos en el mundo creado, a veces
nos alejamos de ese intento confuso y frustrante. Cuando se trata de Dios,
nuestras mentes fcilmente pueden llegar al conocimiento seguro de que l
existe, gracias a las seales de Su existencia que l ha puesto en la creacin.
Podemos creer en l con absoluta certeza; sin embargo, esas mismas mentes no
pueden esperar nunca comprender Su esencia ni definirlo a l con precisin.
Dios nos ha revelado, a travs de Su
Libro y de lo que l ha revelado a Su Mensajero, lo que nos inspira a adorarlo,
alabarlo, glorificarlo y agradecerle. Dios nos ha enseado muchos de Sus
nombres y atributos, por los cuales podemos acercarnos ms a l, sin caer en el
error de compararlo con las cosas creadas ni ser vctimas del capricho de
nuestra imaginacin.
“No hay nada ni nadie semejante a Dios” (Corn
42:11).
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[1] Sahih Mslim.