La mente y la razn son una parte
esencial del pensamiento y la legislacin islmica. El uno no puede existir sin
la otra. A qu nos referimos exactamente cuando hablamos de la mente? Existen
dos clases de razonamiento mental que han sido identificadas.
La primera es el razonamiento intuitivo
que incluye: capacidad de comprender, hacer conclusiones racionales, el habla y
comportarse con sensatez. La segunda clase de razonamiento se adquiere de
nuestro entorno, por ejemplo, las cosas que se nos han enseado o con las que
nos hemos familiarizado.
Discutir el razonamiento intuitivo,
porque es el que Dios nos ha concedido a todos, y es el que nos hace
responsables de nuestro comportamiento. Alguien que no posea capacidades
mentarles o que las haya perdido, no puede ser plenamente responsable de lo que
hace.
A menudo, una persona tendr una buena
mente, pero luego preferir no utilizarla o limitar su pensamiento lgico
cuando se trata de asuntos religiosos y de fe. Esta persona terminar siendo
incrdula y tendr que rendir cuentas por su ignorancia de la religin.
“Nadie podr creer a menos que Dios se lo
permita, y l dejar en el extravo a quienes no usen su razonamiento”. (Corn 10:100)
No es de extraar que el castigo para
aquellos que no creen es equivalente al castigo para aquellos que no entienden.
“A quien Dios quiere guiar le abre el corazn
para que acepte el Islam. En cambio, a quien l quiere extraviar le oprime
fuertemente el pecho, como si subiera a un lugar muy elevado. As es como Dios
humilla a quienes se niegan a creer”. (Corn 6:125)
Estas dos aleyas sealan que uno no
puede purificar su corazn a menos que ponga su mente a trabajar, lo que
permite que la fe y la seguridad entren en su corazn.
El Corn se refiere a la mente de
diversas maneras, dependiendo de la naturaleza de la tarea con la que se
enfrente:
1. La mente es capaz de
entender y procesar el habla.
“Acaso pretenden [oh, creyentes!] que les
crean, siendo que algunos de ellos oan la Palabra de Dios [la Tor] y la
alteraban intencionalmente despus de haberla comprendido?”. (Corn 2:75)
“He descendido el Corn en idioma rabe para
que puedan comprender sus significados en su contexto”. (Corn 12:2)
La razn por la cual el Corn fue
revelado en rabe es para que las mentes de las personas sobre las que
descendi fueran capaces de comprender y apreciar sus significados.
2. La mente es capaz de
proyectar pensamientos coherentes y que no causen conflictos.
“Oh, Gente del Libro! Por qu se disputan a Abraham,
siendo que la Tor y el Evangelio fueron revelados despus de l? Es que no
razonan?”. (Corn 3:65)
Quienes afirman que Abraham era judo o
cristiano se contradicen a s mismos, porque el judasmo y el cristianismo
aparecieron mucho despus de la poca de Abraham [Ibrahim]. La sura de Al Anam
(captulo 6), aleya 91, tambin se refiere a los judos y como se
contradijeron a s mismos:
“[Algunas personas] No
valoraron ni enaltecieron a Dios como l merece, y dijeron: Dios no ha
revelado nada a ningn hombre. Pregntales: Quin ha revelado el Libro que trajo
Moiss como luz y gua para la gente, el cual copian en pergaminos y dan a
conocer en parte, pero del que ocultan una gran parte? Se les ense all lo
que ni ustedes ni sus padres saban. Di: Fue Dios [Quien lo revel]. Luego
djalos que sigan jugando con sus palabreras”.
Esta aleya seala que los judos
afirman creer en la profeca de Moiss y en la Tor, luego dicen que Dios no le
revel nada a ningn humano, y estos son pensamientos contradictorios.
3. La mente es capaz de
entender las pruebas y evidencias de la verdad.
“l es Quien los ha creado [a partir] de un
solo ser, y les ha dado un lugar de estancia y otro de destino. As ha
evidenciado los signos para quienes comprenden”. (Corn 6:98)
“Di [oh, Muhammad]: Si Dios no hubiera querido, yo no les habra
recitado [el Corn] y no lo hubieran conocido jams. Viv toda mi vida entre
ustedes antes de la revelacin. Acaso no van a reflexionar?”. (Corn 10:16)
4. Los actos deben
corresponderse con las palabras.
“Acaso le ordenan a la gente que hagan el
bien y se olvidan de hacerlo ustedes mismos, siendo que leen el Libro [la Tor]?
Acaso no razonan [bien]?”. (Corn 2:44)
Esta aleya reprende a la gente por no
animar a los dems a seguir el camino de Dios, pues eso siempre es una virtud.
La aleya, sin embargo, seala la contradiccin de la gente que da buen consejo,
pero no aplica lo que predica. En cualquier caso, el comportamiento de quien da
concejo no reduce el valor del consejo, como ocurre con el fumador o el
alcohlico que advierte a sus hijos contra los peligros de esos
comportamientos. Es mucho mejor que animarlos a adoptar esos hbitos dainos, y
mejor que no darles ningn consejo. Sin embargo, no tiene mucho sentido
reconocer el valor del comportarse de cierta forma y animar a otros a hacerlo
as, mientras uno acta del modo opuesto. Por esta razn, el buen Profeta, en
la sura de Hud (captulo 11), aleya 88, dijo:
“Dijo: Oh, pueblo mo! Me baso en una prueba evidente de mi Seor,
l me ha provedo un sustento generoso. No iba a prohibir lo que considero
lcito para m mismo. Solo pretendo su bienestar en la medida que pueda, pero
mi xito depende de Dios; a l me encomiendo y ante l me arrepiento”.