“Oh, creyentes! No se burlen unos de otros,
porque pudiera ser que los que son blancos de las burlas sean mejores que los
que se estn burlando. Que las mujeres no se burlen de otras mujeres, porque es
posible que las que son el blanco de las burlas sean mejores que las que se
burlan. No difamen ni pongan apodos ofensivos. Qu malo es comportarse como un
corrupto luego de haber sido agraciado con la fe! Quienes no se arrepientan
esos son los injustos. Oh, creyentes! Eviten sospechar demasiado [de la
actitud de los dems] pues algunas sospechas son un pecado. Y no se espen ni
hablen mal del ausente, porque es tan repulsivo como comer la carne muerta de
su hermano. Acaso alguien deseara hacerlo? Por supuesto que les repugnara.
Tengan temor de Dios, porque Dios es Indulgente, Misericordioso. Oh, seres
humanos! Los he creado a partir de un hombre y de una mujer, y los congregu en
pueblos y tribus para que se reconozcan los unos a los otros. El mejor de
ustedes ante Dios es el de ms piedad. Dios todo lo sabe y est bien informado
de lo que hacen”. (Corn 49: 11-13)
Este artculo discute
tres versculos esenciales del captulo 49, “Las
moradas”. Esta sura fue revelada en Medina y, al igual que la mayora de las
suras medinenses, trata principalmente de establecer a la incipiente comunidad
musulmana. Estas aleyas son un intento por ensearles buenos modales a los
primeros musulmanes, modales que beneficien a los creyentes que viven en una
sociedad unida. El final de las tres aleyas advierte a los creyentes que se
mantengan alejados de un comportamiento que podra considerarse nacionalista o
tribalista.
Las dos primeras aleyas aqu comienzan
con un trmino carioso, Dios se dirige a las personas como creyentes. Dice:
“Oh, creyentes!”. Luego, Dios dice que est prohibido que un grupo de
creyentes ridiculice o se burle de otro grupo. Dios menciona en especfico a
las mujeres, pero se entiende que podra ser cualquier grupo. Los musulmanes
son una familia y todos tienen derecho al respeto y la dignidad. La integridad
de una persona debe ser valorada, tanto en su presencia como en su ausencia. La
gente que es ridiculizada u objeto de burlas puede ser muy respetada por Dios.
Y a los ojos de Dios quienes son difamados pueden ser mejores que quienes hacen
burla de ellos.
Parte de la burla y la difamacin es
llamar a una persona por un nombre que no le gusta o un nombre que sugiere
falta de respeto. Es importante para una persona tener un “buen” nombre, no uno
que traiga a la mente cualidades desfavorables. Los apodos, si se usan, no
deben sugerir ni causar risa ni burla. El Profeta Muhammad (la paz y las
bendiciones de Dios sean con l) cambi los nombres de algunos de sus
compaeros, y en algunos casos eso fue porque sus nombres o apodos podan
causar dolor a las personas involucradas. l cambi el nombre de una mujer
llamada Asia y le puso de nombre Yamila, que significa hermosa. Asia es la
forma femenina de Asi, que significa desobediente. El Profeta Muhammad
seal que enfatizaba una cualidad asociada con ser rebelde o rechazar la fe[1]. Los
creyentes son luego advertidos de que podran perder la cualidad deseable de la
devocin si no muestran respeto hacia los dems. Participar en la burla o la
ridiculizacin de alguien no es un acto apropiado para un creyente.
Estos versculos esenciales establecen normas
para una comunidad bien educada. Fueron revelados para educar a la primera
comunidad musulmana, a fin de que fuera una comunidad basada en la noble
palabra de Dios. Esta comunidad siempre sera vista como un ejemplo de cmo deben
comportarse entre s los miembros de una comunidad de creyentes. Se espera que
los creyentes eviten sospechar uno del otro sin ningn motivo, y que no
comiencen a formar opiniones sobre los dems basadas en sospechas, ni alberguen
sospechas sobre personas cuya condicin aparente muestra que son buenas y
nobles. Dios luego instruye a los creyentes que no se espen unos a otros.
Espiarse puede ser una accin que surge de la sospecha o algo completamente
separado. Esto incluye escarbar en los secretos de la gente y buscar sus
defectos y debilidades. Esto debe evitarse porque es una bsqueda vil y va en
contra del alto cdigo de conducta moral que Dios espera de los creyentes.
Las personas tienen derecho a tener su
libertad y su privacidad. Sus derechos no deberan ser violados ni usurpados.
En los primeros das del Islam, un hombre quera llamar a la autoridad en
contra de sus vecinos porque sospechaba que ellos beban alcohol. Se le dijo
que no lo hiciera, sino que ms bien los aconsejara y advirtiera[2]. La
persona que le dijo que no llamara a la autoridad haba escuchado al Profeta Muhammad
decir que aquel que oculta las faltas de un creyente es como la persona que
rescata a una beb que haba sido enterrada viva[3].
No alimentar sospechas ni espiar es una barrera que protege los derechos y
libertades de las dems personas. Otro de los compaeros del Profeta Muhammad
dijo que se debe tomar a las personas con base en lo que es aparente, y evitar
espiar las cosas que Dios mantiene ocultas.
A continuacin, sigue la orden de Dios
que prohbe la murmuracin, y la presenta de una forma que no deja dudas sobre
la naturaleza vil de este pecado. El chisme es descrito como comer la carne de
tu hermano muerto. Esto es algo que hara que la gente sintiera repulsin y se
mantuviera alejada de ello. As es como Dios espera que manejemos el chisme. Se
les dice a los creyentes que sean conscientes de Dios y que se arrepientan.
Dios entonces se dirige a toda la
humanidad, todas las razas, todos los grupos tnicos y todos los colores y
sociedades. Les recuerda que todos comparten un nico origen, una mujer y un
hombre. Por lo tanto, no se deben dividir en lneas raciales y tnicas. Dios le
informa a la humanidad la razn de las diferencias y que, contrario a la
repetida conducta de los seres humanos, no es para causar conflicto ni
enemistad. Su propsito es el de conocernos y regocijarnos en las diferencias y
similitudes que nos hacen a todos distintos pero muy parecidos. Los lazos
fanticos de raza, tribu, clan, familia y patria no tienen lugar en el corazn
del creyente.
Solo hay una cosa que determina el
valor de una persona: la piedad. Dios determina el valor de una persona con
base en sus creencias, su moral y sus modales; no en el color de su piel ni en
su ascendencia o linaje.
Pie de pgina:
[1]
Sahih Al Bujari, Sahih Mslim.
[2]
Imam hmad.
[3]Abu
Dawud.