Aleyas 87 a 108: Las cosas buenas que Dios
ha hecho lcitas, normas que rigen los juramentos, el vino, las apuestas y
algunas otras prcticas prohibidas, la caza, instrucciones para los creyentes,
el testimonio en el momento del legado
Prohibir las cosas buenas que Dios ha hecho lcitas no es una seal
de piedad. Ser excesivo es algo desagradable para Dios, mientras que consumir
buena comida con moderacin est muy bien. Dios no nos castigar si rompemos
juramentos hechos de forma irreflexiva.
Dios les prohbe a los creyentes las
bebidas alcohlicas, el juego (apuestas) y la adivinacin, y llama a estas
cosas actos de Satans.
Dios pide que Lo obedezcamos a l y a
Su Mensajero, y que estemos en guardia, pero si las personas elijen no prestar
atencin, entonces el Mensajero solo debe entregar el mensaje con claridad.
Aquellos que creen y hacen buenas obras no pueden ser culpados por lo que
consumieron en el pasado, siempre y cuando sean conscientes de Dios, tengan la
creencia apropiada y la sigan con buenas obras. Despus de todo, Dios ama a
quienes hacen el bien.
Nadie puede cazar mientras est
realizando el peregrinaje a La Meca. Quien cace intencionalmente debe expiar su
acto. No obstante, se permite capturar y comer pescado y mariscos. Dios es
misericordioso y, a la vez, severo en Su castigo.
El deber del Profeta Muhammad (la paz y
las bendiciones de Dios sean con l) es divulgar el mensaje, no obligar a la
gente a aceptarlo. El bien y el mal no son lo mismo. Cuestionar demasiado
dificulta las cosas, el silencio de Dios en ciertos contextos es una muestra de
su indulgencia y tolerancia.
Cuando se les pide someterse a la
revelacin de Dios, se les dice a las personas que utilicen el raciocinio, pero
ellas tienden a seguir el camino de sus ancestros. Si eres creyente, debes
tomar tus propias decisiones y realizar tus propias acciones.
Deja un testamento antes de morir.
Aleyas 109 a 120: Interrogar a los
mensajeros en el Da del Juicio acerca de las respuestas de la gente,
recordatorio de los milagros de Jess y la historia de la mesa, el dilogo
entre Jess y su Seor en el Da de la Resurreccin, las buenas consecuencias
de la veracidad
Como tal, este pasaje tiene como
objetivo establecer la verdad sobre Dios y la sumisin a l en la forma en que
es concebida en el Islam. Esta verdad se presenta a travs de una gran escena
retratada aqu, en la que Jess habla frente a todos los mensajeros de Dios y
el resto de la humanidad. La sura presenta esta verdad en una escena vvida
tomada del Da del Juicio, de la misma forma en que el Corn presenta varias
escenas de ese gran da. En todas esas presentaciones, la imagen es retratada
de manera tan inspiradora, vvida y efectiva, que prcticamente podemos verla
frente a nuestros ojos. Escuchamos lo que se dice y sentimos cada reaccin y
respuesta.
Dios les preguntar a los profetas que
envi a la gente acerca de la respuesta que obtuvieron. Jess recordar los
favores y milagros de Dios que l realiz con el permiso de Dios: hablar a la
gente desde la cuna, conocer la Escritura, la Tor, el Evangelio y la
sabidura, hacer pjaros de arcilla que cobraban vida cuando Jess los soplaba,
sanar al ciego y al leproso, volver muertos a la vida; la proteccin que Dios
le brind, cuando la gente trat de lastimarlo y l les mostr sus seales, y
los discpulos crean en l y se entregaron a Dios.
Los discpulos le pidieron a Jess que
le pidiera a Dios que hiciera descender una mesa desde el cielo con un banquete
para ellos. Jess les advirti, a lo que respondieron que solo queran comer y
que sus corazones estuvieran tranquilos, y que l les haba dicho la verdad y
seran testigos de ella. Jess entonces or al Seor para que hiciera descender
el banquete del cielo. Dios acept la splica de Jess, pero advirti que
cualquiera que no crea despus de ver la seal, recibir un castigo ejemplar.
En el Da Final, Dios le preguntar a
Jess si l le pidi a la gente, durante su ministerio terrenal, que lo adoraran
a l y a su madre, Mara. Dios sabe muy bien qu le dijo Jess a la gente; pero
este preocupante interrogatorio en ese temible da estar destinado a personas
distintas a aquel a quien es dirigido.
Jess alegar inocencia y declarar que
jams le pidi a la gente que lo adoraran. Si lo hubiera hecho, Dios lo habra
sabido, pues l conoce todo lo que no se ve. La respuesta de Jess est teida
de asombro y temor. l comienza glorificando a Dios y sigue de inmediato con
una negacin absoluta de tales pensamientos y afirmaciones. Jess declarar que
l no hizo ms que llamar a su comunidad a adorar solo a Dios y que, como
ellos, l no es ms que un siervo de Dios. Luego afirmar no tener
responsabilidad sobre lo que ellos hicieron despus de su tiempo en la Tierra.
Jess concluir dejando el destino de su pueblo enteramente a Dios, declarando
a la vez que son Sus siervos y estn a Su disposicin. Dios puede perdonarlos o
castigarlos, lo que sea que l decida, ser con base en Su sabidura.
“Este es el Da en que los veraces se
beneficiarn de su veracidad”. Esta es la palabra final de Dios al terminar ese
interrogatorio contemplado por todas las criaturas. Es la palabra final y
decisiva. Se combina con la recompensa que corresponde a la veracidad y a
quienes son veraces.