“Acaso no es hora de que los creyentes
subyuguen sus corazones al recuerdo de Dios y a la Verdad que ha sido revelada,
y que no sean como quienes recibieron el Libro anteriormente? A estos, a medida
que transcurra el tiempo, se les endureca el corazn. Muchos de ellos eran
corruptos. Sepan que Dios da vida a la tierra rida. Les explico estos signos
para que reflexionen” (Corn 57:16-17).
Estas dos aleyas esenciales del Corn
vienen en medio del captulo 57 titulado “El hierro”. Esta sura fue revelada en
Medina, aproximadamente cuatro aos despus de la migracin de los musulmanes
desde La Meca. Ellos estaban construyendo el incipiente Estado musulmn y
llevaban vidas de facilidad en comparacin con las dificultades y adversidades
que haban enfrentado en La Meca.
Es parte de la naturaleza humana el
acudir a Dios en tiempos de dificultad y, despus, olvidar dicha conexin en
tiempos de abundancia. Sin duda, los musulmanes estaban cumpliendo todas sus
obligaciones, pero la conexin emocional que una persona tiene con Dios cuando
se siente abrumada, puede que hubiera desaparecido. As, estos dos versculos
fueron revelados para abordar dicha situacin.
En las aleyas anteriores, Dios dio una
descripcin vvida de aquellos que sern privados de la luz en el Da del
Juicio. Estas dos aleyas revelan cmo evitar dicho destino. Ambas recuerdan y
advierten a aquellos cuya fe es dbil o mediocre, y animan a quienes han
perdido su camino. Es un llamado de atencin, como si Dios nos estuviera
amonestando y preguntando: “No es hora de que subyuguen sus corazones?”.
La aleya 16 nos dice que el camino para
darles humildad a nuestros corazones, de modo que se ablanden aquellos que se
han endurecido, es a travs de la alabanza y glorificacin a Dios y el
desarrollo de una relacin con el Corn. Recuerda a Dios siempre que sea
posible, mantn tus labios hmedos con Su recuerdo. Desarrollar una relacin
significa tomarte el tiempo de leer y reflexionar sobre las palabras del Corn.
Significa no solo pensar en el Corn como en un libro casual para acompaar con
un caf, ni para tenerlo exhibido y sacarlo solo en ocasiones especiales.
Conctate a Dios a travs de Su libro.
Cuando una persona trata de mantener a
Dios en el centro de su vida, recordndolo a menudo y recitando el Corn, los
corazones endurecidos se pueden ablandar, y virtudes como la moral excelente y
el comportamiento altruista comienzan a manifestarse de nuevo. Esta aleya anima
a la persona a arrepentirse y buscar el perdn, y hay muchos testimonios del
poder de esta aleya a lo largo de la historia islmica.
Al Fudail Ibn Iad (muerto en 803 e. c.)
fue un musulmn descarriado que se ganaba la vida robando caravanas en Siria y
Jorasn (Persia). Al mismo tiempo, estaba enamorado de una mujer con la que
mantena relaciones sexuales ilcitas. La historia dice que un da estaba
escalando una pared, ya fuera para reunirse con la mujer o para observar una caravana
y planear cmo robarla, cuando escuch la recitacin de la aleya 16 de la sura
57. Fue como si Dios le estuviera hablando directamente y preguntndole: “No
es hora ya, Fudail, de que te arrepientas de tus muchos pecados?”. Su corazn
no estaba tan endurecido como para que la recitacin del Corn no lo afectara.
El Corn penetr en su corazn, y se reform y arrepinti de inmediato. Despus
de buscar el conocimiento en Irak, se traslad a La Meca y estudi con el gran
erudito islmico Abu Hanifa.
La aleya 16 contina con Dios
dicindonos que no debemos ser como quienes vinieron antes que nosotros, la
Gente del Libro (judos y cristianos). l nos pide que aprendamos una leccin
del comportamiento de ellos. Ellos recibieron profeta tras profeta y, sin
embargo, muchos de ellos se mantuvieron en la ignorancia y la negacin. Se
negaron a obedecer los mandamientos de Dios, malinterpretando y abusando de sus
propias leyes. Con el paso del tiempo, sus corazones se endurecieron. Cuando
lleg el Profeta Jess, su mensaje trajo muchas mejoras morales, pero mucha de
la gente acostumbraba romper la ley. Algunos negaron a Jess y otros fueron
demasiado lejos, adorndolo en lugar de adorar al Dios nico, Quien lo envi.
La aleya 17 nos da la solucin para la
dureza de corazn. Nos pide que recordemos que Dios revive la tierra despus de
que muere. Imagina una parcela de tierra infrtil, seca, marchita y caf.
Parece imposible que dicha tierra dura pueda florecer, tanto que una pala no
puede penetrarla, pero qu sucede cuando Dios hace descender Su misericordia
en forma de lluvia reanimadora? De repente, de la tierra brota la vida, se
vuelve exuberante, verde y frtil.
Por todo el Corn, hay muchos lugares
donde la lluvia es comparada con la venida de un Profeta, dado que cuando
alguien entrega efectivamente el mensaje, el efecto que este puede tener es
similar al efecto que la lluvia tiene sobre la tierra seca. As como la tierra
muerta florece despus de recibir la lluvia, la gente cuyo corazn y mente
estn cerrados, encuentra que estos florecen cuando escuchan las palabras de la
revelacin. Las virtudes ocultas que han sido suprimidas en un corazn duro,
comenzarn a manifestarse en el comportamiento virtuoso y las buenas acciones.
Dios es capaz de convertir un corazn
duro en uno que es suave, exuberante y frtil. Si nos volvemos hacia l, Su
perdn y misericordia realizarn un milagro similar al de revivir la tierra
infrtil. Este versculo nos dice que nadie debe perder la esperanza en la
misericordia de Dios. Si el corazn de una persona ha sido endurecido por la
falta de devocin o por la falta de humildad, la solucin es simple: acude a
Dios con arrepentimiento, lee el Corn a diario, trata de entender los
significados de las aleyas y reflexiona sobre ello, recuerda a menudo a Dios y
mantn tu conexin con l como tu objetivo central. A los seres humanos se nos
ha concedido la capacidad de razonar, y si utilizamos este don que Dios nos ha
dado, entenderemos Sus revelaciones.