Introduccin
Existe cierta
discusin acadmica acerca de si esta sura fue revelada en La Meca o en Medina.
En general, los captulos revelados en Medina enfatizaron el establecimiento de
una sociedad Islmica. Los primeros captulos mecanos presentaron los
fundamentos del Islam en una forma concisa y efectiva, y ello incluye el Juicio
final. Este es uno de una serie de suras que tratan escenas del Da del Juicio.
(Otros incluyen las suras 81, 82 y 101.)
Aleyas 1 a 3: Terror en el Da del Juicio
Este es el comienzo del fin, el Da
Final. Dios nos dice claramente cmo comenzar el Da del Juicio. Habr un
terremoto violento como no se ha visto jams. Toda la Tierra temblar, una
enorme convulsin tras otra. Se sacudir, se detendr y luego se sacudir de
nuevo, una y otra vez hasta que las montaas caigan y los edificios se
derrumben. La Tierra ser reducida a una superficie plana.
La violenta sacudida y las convulsiones
harn que la Tierra expulse sus cargas. Los eruditos islmicos han dado a esta
aleya ms de un significado. El primero es que los cuerpos de los muertos sern
expulsados de sus tumbas, resucitados. El segundo es que los tesoros de este
mundo sern expuestos, mostrando su insignificancia. Qu uso tendrn los autos
lujosos y la joyera, por ejemplo, cuando la Tierra y todo lo que hay en ella
est siendo sacudido y aplanado? El tercero es que la Tierra arrojar, como si
se tratara de un video, un registro de todas las obras y acciones que han
tenido lugar a lo largo de su historia.
Toda la humanidad mirar aterrada a su
alrededor, transfigurada. Cada persona estar sorprendida y aterrorizada al
mismo tiempo, y todos se preguntarn a s mismos o a nadie en particular: Qu
ocurre? Qu le pasa a la Tierra? Poco a poco, el miedo ser remplazado por la
consciencia de que este es el Da del Juicio, y el terror tomar una nueva
dimensin. Este es el da que fue prometido, el Da de la Resurreccin, el Da
del Juicio.
Aleyas 4 y 5: La Tierra da testimonio
La Tierra misma dar testimonio de lo
que ha ocurrido sobre ella. Los actos y obras de cada cosa y cada persona en la
historia sern desvelados. La humanidad en su conjunto y cada persona
individualmente, estarn desconcertadas. Nada estar oculto, la Tierra ha
registrado y recordado todos y cada uno de los actos y las reacciones, y ahora,
por orden de Dios, revelar sus confidencias largamente guardadas. Y al
olvidadizo le sern recordados los hechos y obras que, de algn modo, disip de
su consciencia.
Dios har que la Tierra hable, o que de
alguna forma revele los eventos que han ocurrido, los secretos escondidos por
mucho tiempo, la verdadera versin de los eventos, perdida en la vastedad del
tiempo, tanto grandes obras como otras aparentemente insignificantes que jams
fueron reconocidas, ahora sern claramente identificables. La Tierra reportar
sus noticias, describir su condicin y lo que ha ocurrido en ella. La Tierra
obedece las rdenes de Dios en completa y verdadera sumisin.
Aleyas 6 a 8: Los resultados
Muchos eruditos creen que esto describe
a la gente separada en categoras, dependiendo de la posicin que tendr en el
Ms All. Es una escena indescriptible en cualquier idioma humano. La gente
estar tan aterrada como asombrada al enfrentarse a sus obras, tanto las buenas
como las malas. Para muchos, esto ser ms angustioso que cualquier castigo
terrenal, porque la humanidad es muy buena para esconder sus crmenes, incluso
de s misma.
En la sptima aleya, el uso de la
palabra “as” denota una conclusin. As que ahora ustedes vern todas las
malas y buenas obras que hayan hecho. Nada quedar fuera, ni siquiera las obras
ms pequeas que se puedan imaginar, del tamao de una partcula de polvo o de
un tomo. Tener una buena accin tan pequea como un tomo podra significar un
resultado favorable, al igual que una mala accin tan pequea como un tomo
podra arrojar a la persona al abismo.
Este captulo comenz con algo enorme y
termina con las cosas ms diminutas. Incluso una obra buena, ordinaria y
pequea tiene su propio valor; y, del mismo modo, incluso las malas obras ms
ordinarias, tambin sern consideradas y tenidas en cuenta. Por lo tanto,
ninguna accin ser dejada de lado. Puede ser que muchas obras buenas pequeas
puedan reunirse y agregar peso en la balanza. Del mismo modo, incluso la maldad
ms comn debe ser evitada, porque pequeos pecados repetidos pueden endurecer
el corazn y hacerlo ciego ante la gravedad de las ofensas mayores.