De vez en cuando los seres humanos son incitados a plantearse algunas
de las preguntas realmente profundas de la vida. En la oscuridad silenciosa de
la noche, cuando las estrellas lejanas brillan en el vasto y majestuoso cielo,
o en la fra e implacable luz del da cuando la vida pasa rauda como un tren de
alta velocidad, personas de todos los colores, razas y credos se preguntan
acerca de su existencia. Por qu estamos aqu? Qu sentido tiene todo esto?
Esto es todo lo que hay?
En das magnficos llenos de sol y
cielos azules iridiscentes, la gente levanta sus caras hacia el cielo y
contempla su belleza. En el invierno ms profundo o la tormenta ms salvaje,
reflexionan sobre el poder inherente a las fuerzas de la naturaleza. En algn
lugar de las partes ms recnditas de la mente, el concepto de Dios aparece.
Las maravillas de la creacin son una llamada para el corazn y el alma. El
tacto suave de un copo de nieve, el olor del csped recin cortado, el golpeteo
suave de gotas de lluvia y el viento feroz del huracn, son todos recordatorios
de que este mundo est lleno de maravillas.
Cuando el dolor y la tristeza amenazan
con abrumarnos, los seres humanos somos incitados de nuevo a considerar el
significado de la vida. En medio del sufrimiento y del pesar, el concepto de
Dios aparece. Incluso aquellos que se consideran ajenos a la religin o a la
creencia espiritual, se encuentran a s mismos mirando hacia el cielo y
suplicando ayuda. Cuando el corazn se encoje y el miedo nos abruma, nos
volvemos hacia algn tipo de poder superior. El concepto de Dios se hace real y
significativo.
En medio de las splicas y la negociacin,
la vastedad absoluta del universo se torna vaca. La realidad de la vida se
llena con el temor y el asombro. Es un paseo de montaa rusa. Hay momentos de
gran placer y perodos de inmensa tristeza. La vida puede ser larga y montona
o puede ser despreocupada. Cuando Dios surge y Su majestad est clara, ms
preguntas comienzan a tomar forma. Una pregunta que inevitablemente viene a la
mente es: Dnde est Dios?
Alrededor del mundo y a travs de los
tiempos, la gente se ha esforzado por ponerse de acuerdo respecto a la pregunta
de dnde est Dios. La inclinacin humana es buscar a Dios. Los antiguos
babilonios y egipcios construyeron torres altas en su bsqueda de Dios. Los
persas lo buscaron en el fuego. Incluso otros como los indgenas de
Norteamrica y el pueblo celta buscaron a Dios en las seales gloriosas de la
naturaleza a su alrededor. Los budistas buscan a Dios en s mismos, y en la
religin hind se cree que Dios est en todo lugar y en cada cosa.
La bsqueda de Dios puede ser confusa. Cuando
se plantea la pregunta de dnde est Dios, las respuestas resultantes tambin
pueden ser confusas: Dios est en todas partes, Dios est en tu corazn, Dios
est donde existe la bondad y la belleza, etc. Qu pasa, sin embargo, cuando
tu corazn est vaco y tu entorno es psimo, sucio y feo? Dios deja de
existir? No! Por supuesto que no! En medio de esta confusin, el concepto
islmico de Dios es un faro de luz para aquellos que tropiezan en la oscuridad.
Lo que los musulmanes creen sobre Dios
es bien definido y simple. Ellos no creen que Dios est en todas partes, sino
que est por encima de los cielos. La necesidad humana de elevar las caras
hacia el cielo en pocas de problemas y conflictos, es una respuesta inherente
a la pregunta, dnde est Dios? Dios nos dice en el Corn que l es el Ms
Elevado (Corn 2:255) y que est por encima de toda Su creacin.
l es Quien cre los cielos y la Tierra en
seis das. Luego, se estableci sobre el Trono. Sabe lo que ingresa en la
tierra y cuanto surge de ella, lo que desciende del cielo y cuanto a l
asciende. Est con vosotros dondequiera que os encontris. Allah ve bien cunto
hacis. (Corn 57:4)
El profeta Muhammad era conocido por
sealar hacia el cielo cuando se refera a Dios. Cuando haca una splica a
Dios levantaba sus manos hacia los cielos. Durante el sermn de despedida, el
profeta Muhammad le pregunt a la gente: No he entregado el mensaje? Y
ellos dijeron: S! l pregunt de nuevo: No he entregado el
mensaje? Y ellos dijeron S! l pregunt por tercera vez: No
he entregado el mensaje? Y ellos dijeron: S! Cada vez, l dijo:
Oh Dios, acepta su testimonio!, al tiempo que sealaba al cielo y
luego a la gente[1].
Dios est por encima de los cielos, por
encima de Su creacin. Esto, sin embargo, no quiere decir que est contenido
por ningn tipo de dimensiones fsicas. Dios est cerca, muy cerca, de quienes
creen en l y responde a sus llamados. Dios conoce todos nuestros secretos,
sueos y deseos, nada Le es oculto. Dios est con Su creacin por Su
conocimiento y poder. Dios es el Creador y el Sustentador. Nada existe ms que
por Su voluntad.
Cuando los musulmanes se asombran con
las maravillas del universo, estn seguros en su conocimiento de que Dios, el
Altsimo, est por encima de los cielos, y hallan consuelo en el hecho de que
l est con ellos en todos sus asuntos. Cuando un musulmn es golpeado por una
prdida o una pena, no cuestiona la sabidura de Dios ni se pregunta: Dnde
est Dios cuando estaba triste o lloraba o sufra? La humanidad fue creada
para adorar a Dios (Corn 51:56) y Dios dice muchas veces que las
pruebas y las tribulaciones sern parte de nuestra experiencia de vida.
l es Quien ha creado los cielos y la Tierra
en seis das [] para probaros y distinguir a quienes de vosotros obran mejor.
(Corn 11:7)
En su noche ms oscura, o su hora ms
oscura, la humanidad mira instintivamente hacia el cielo. Cuando sus corazones
se aceleran y el miedo amenaza con agobiarlos, la gente se vuelve hacia Dios.
Levantan sus manos y ruegan por misericordia, perdn o generosidad, y Dios
responde, pues l es el Ms Misericordioso, el Ms Perdonador y el Ms Amable.
Dios es distinto y est separado de toda Su creacin, y no hay nada como l. l
es el Omnioyente y el Omnividente (Corn 42:11). Por lo tanto,
cuando nos preguntamos dnde est Dios, la respuesta indudablemente es que l
est por encima de los cielos y por encima de toda Su creacin. Tambin decimos
que l no necesita de nada de Su creacin mientras que toda la creacin
necesita de l.
Footnotes:
[1] El texto del sermn de despedida puede encontrarse en Sahih Al Bujari
y Sahih Muslim, y en los libros de At-Tirmidhi y del Imam Ahmad.