Los dos lemos la Biblia da y noche, Pero t leste negro donde yo le blanco.
William Blake, El Eterno
El evangelio
Por supuesto, el sentimiento de Blake en la cita antes mencionada no es
nada nuevo. El Nuevo Testamento contiene numerosas inconsistencias como para
haber creado una variedad aturdidora de interpretaciones, creencias y
religiones; todas, segn cada una alega, basadas en la correcta comprensin de
la Biblia. Encontramos a un autor que ofrece una observacin
entretenida:
Usted puede y usted no puede,
Usted debe y usted no debe,
Usted quiere y usted no quiere,
Y usted se condenar si usted hace,
Y usted se condenar si usted no hace.
Por qu tal variacin en los temas que
ensea el libro? Para empezar, los grupos teolgicos discrepan respecto a qu libros
deben ser incluidos en la Biblia. El libro considerado apcrifo por un grupo,
es considerado por otro una parte importante de la escritura. A muchos textos
les falta, incluso entre esos libros que se han canonizado secundariamente, toda
uniformidad. Esta falta de uniformidad es tan evidente que el Diccionario de El
Intrprete de la Biblia dice: no es seguro decir que no hay una frase del
traductor en el original [el manuscrito], la tradicin no es totalmente
uniforme.
No hay una frase? Nosotros no podemos
confiar en una sola frase de la Biblia?[1] Difcil de creer.
Quiz sea as
El hecho es que hay ms de 5700
manuscritos griegos, de todo o parte del Nuevo Testamento. Adems, ninguno de
estos manuscritos es exactamente igual en todos sus detalles. Y algunas de
estas diferencias son significativas. Calcule en base a aproximadamente diez
mil manuscritos del latn y sus variantes vulgares, agregue las muchas otras
variantes de la antigedad (es decir, siraco, copto, armenio, georgiano, etiope,
nubiano, gtico, slavnico, etc.), y qu tenemos entonces?[2]
Muchos manuscritos.
Muchos manuscritos que no se corresponden
en los lugares y, no poco frecuentemente, se contradicen entre s. Los
estudiosos estiman el nmero de variantes manuscritas en varios centenares de
miles, algunos estiman unos 400.000. Dijo Bart D. Ehrman las palabras famosas:
Posiblemente es ms fcil poner el tema en trminos comparativos: hay ms
diferencias entre nuestros manuscritos que palabras en el Nuevo Testamento[3].
Cmo pas esto?
La falta de celo en la custodia. La
deshonestidad. La incompetencia. El prejuicio doctrinal. Tome su hiptesis
preferida, o todas ellas.
Ninguno de los manuscritos originales ha
sobrevivido al perodo cristiano temprano. Los manuscritos completos ms
antiguos (el Vaticano No. 1209 y el Sinaitic Syriaco Cdice) tienen fecha del siglo
cuarto, trescientos aos despus del ministerio de Jess. Y los originales? Perdidos.
Y las copias de los originales? Tambin se perdieron. Nuestros
manuscritos ms antiguos, en otros trminos, son copias de las copias de las copias,
de las que nadie sabe de dnde salieron las copias de los originales.
Por lo tanto, no es de extraar que estos textos difieran
En las mejores manos, durante el copiado,
los errores no seran ninguna sorpresa. Sin embargo, los manuscritos del Nuevo
Testamento no estaban precisamente en las mejores manos. Durante el perodo de
los orgenes cristianos, los escribas eran inexpertos, inestables,
incompetentes y, en algn caso, incluso analfabetos. Frecuentemente ocurri
que hicieron trabajar en exceso a los copistas, y esto debi haber conllevado a
los errores que acompaan a la fatiga.
En las palabras de Metzger y Ehrman: Desde
que la mayora, si no todos de ellos [los escribas], habran sido aficionados
en el arte de copiar, un nmero relativamente grande de errores apareci y
continuaron indudablemente en sus textos cuando los reprodujeron. Peor adems,
algunos escribas permitieron que el prejuicio doctrinal influyera en su
transmisin de las escrituras. Como dijo Ehrman: Los escribas que copiaron
los textos, los cambiaron. Ms especficamente: El nmero de alteraciones
deliberadas, hechas en el inters de la doctrina, es difcil de evaluar. Y
ms especficamente an: En el lenguaje tcnico de la crtica textual – el
cual mantengo debido a la significancia de su irona estos escribas corrompieron
sus textos por razones teolgicas.
Se introdujeron los errores en forma de adiciones,
tachaduras, substituciones y modificaciones; la mayora normalmente de palabras
o lneas, pero de vez en cuando de versos enteros. De hecho, los numerosos
cambios y falsificaciones entraron as en el texto; con el resultado de que el
Nuevo Testamento es una mezcla de textos, y ni siquiera algunos de los
manuscritos ms tempranos estn libres de errores.
En Redescubriendo a Jess, Ehrman
presenta evidencia persuasiva respecto a que la historia de la mujer acusada de
adulterio (Juan 7:53-8:12) y los ltimos doce versos de Marcos no estaban en
los evangelios originales, sino que fueron agregados por los escribas con
posterioridad. Adems, estos ejemplos representan simplemente dos de los miles
de lugares en que los manuscritos del Nuevo Testamento fueron falsificados o
cambiados por los copistas.
De hecho, libros enteros en la Biblia eran falsificados. Esto no significa que su volumen est necesariamente equivocado, pero
tampoco significa que ciertamente tiene razn. As que, qu libros eran los falsificados?
Efesios, Colonienses, Tesalnicos, y Toms, Pedro y Judas, una enorme cantidad:
al menos nueve de los veintisiete libros del Nuevo Testamento son sospechosos,
y todas las epstolas son, en un grado u otro, sospechosas.
Libros falsos? En la Biblia?
Por qu nosotros no nos sorprendemos? Incluso,
despus de todo, los autores del evangelio son desconocidos. De hecho, son
annimos. Los estudiosos bblicos raramente, si alguna vez lo hacen, atribuyen
la paternidad literaria del evangelio a Mateo, Marcos, Lucas o Juan. Cuando
Ehrman nos dice: La mayora de los estudiosos hoy ha abandonado estas identificaciones,
y reconocen que los libros fueron escritos por otras personas Greco-parlantes y
desconocidos, pero relativamente bien educados. Eran escritores cristianos
durante la segunda mitad del primer siglo despus de Cristo. Graham Stanton
afirma: Los evangelios, al contrario de la mayora de las escrituras Greco-romanas,
son annimos. Los ttulos familiares que dan el nombre de un autor (‘El
Evangelio segn ‘) no era parte de los manuscritos originales, porque ellos
slo se agregaron en el segundo siglo despus de Cristo.
Entonces, los discpulos de Jess tenan algo que ver
con la autora de los evangelios? Poco o nada, hasta donde
nosotros sabemos. Pero no tenemos ninguna razn para creer que ellos fueron
autores de alguno de los libros de la Biblia. Para empezar, permtasenos
recordar que Marcos era un secretario de Pedro, y Lucas un compaero de Pablo.
Los versos de Lucas 6:14-16 y Mateo 10:2-4 relatan el catlogo de los doce
discpulos, y aunque estas listas difieren: no nombran ni a Marcos ni a Lucas,
quienes adems no figuran en otra parte. As que slo Mateo y Juan eran
verdaderos discpulos, aunque los estudiosos modernos los inhabilitan como
autores.
Por qu?
Buena pregunta! Juan, que es el ms
famoso de los dos, por qu debemos inhabilitarlo de tener la autora del Evangelio
de Juan?
Umm porque estaba muerto?
Mltiples fuentes reconocen que hay
bastante evidencia, adems de los testimonios cuestionables de autores del
siglo segundo despus de Cristo, para sugerir que el discpulo Juan era el
autor del Evangelio de Juan. Quizs la refutacin ms convincente es que el
discpulo que se cree que era Juan muri alrededor del ao 98 d.C. Sin embargo,
el Evangelio de Juan fue escrito hacia el ao 110 d.C. As, quien quiera que hubiese
sido Lucas (el compaero de Pablo), Marcos (el secretario de Pedro), y Juan (el
desconocido, pero ciertamente no muerto haca mucho), no tenemos ninguna razn
para creer que los evangelios fueron escritos por los discpulos de Jess. . .
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Registro de la
propiedad intelectual de 2007 Laurence B. Brown; Este texto puede ser
reproducido con permiso.
La cita anterior es
tomada del libro venidero del Dr. Brown, MisGod’ed, que se espera sea publicado
a la brevedad. Pueden verse ambos libros en el website de Dr. Brown,
www.LevelTruth.com. Sobre el Dr. Brown puede escribir a BrownL38@yahoo.com
Footnotes:
[1] Dow,
Lorenzo. Reflections on the Love of God
[2] Buttrick,
George Arthur (Ed.). 1962 (1996). The Interpreters Dictionary of the Bible.
Volumen 4. Nashville: Abingdon Press. pp. 594-595 .
[3] Ehrman, Bart
D. Misquoting Jesus. P. 88