Aunque
la felicidad sea, quizs, una de las cosas ms importantes en la vida, la
ciencia an no puede explicar mucho al respecto. El concepto es, en s mismo,
esquivo. Es una idea, emocin, virtud, filosofa, ideal, o simplemente est
programada en los genes? No hay acuerdo con respecto a una definicin de ella y,
sin embargo, todo el mundo parece estar vendiendo felicidad en estos das:
traficantes de drogas, compaas farmacuticas, Hollywood, empresas de
juguetes, gurs de la autoayuda y, por supuesto, Disney, creador del “lugar ms
feliz” en la tierra. La felicidad puede comprarse? La felicidad puede
alcanzarse maximizando el placer, ganando fama y fortuna, o viviendo una vida
de ocio ilimitado? Esta serie de artculos explorar brevemente la evolucin de
la felicidad en el pensamiento occidental, seguida por el entendimiento
cultural actual en Occidente. Finalmente, se hablar del sentido y de algunos
medios para alcanzar la felicidad en el Islam.
Evolucin de la felicidad en
el pensamiento occidental
La idea cristiana de la felicidad se ha basado en un
dicho reportado de Jess:
“Tambin vosotros ahora tenis tristeza; pero os
volver a ver, y se gozar vuestro corazn, y nadie os quitar vuestro gozo” (Juan
16:22).
La idea cristiana de felicidad fue desarrollada a lo
largo de los siglos y, a su vez, se apoy en la teologa del pecado, la cual,
como explic San Agustn en La Ciudad de Dios, ensea que debido a la
transgresin original de Adn y Eva en el Jardn del Edn, la felicidad
verdadera es “inaccesible en nuestra vida presente”[1].
En 1776, Thomas Jefferson, resumiendo un buen siglo de
reflexin sobre el tema en Europa y Estados Unidos, juzg la “bsqueda de la
felicidad” una verdad “evidente en s misma”. Para esa poca, la verdad de la
felicidad haba sido declarada tan a menudo y con tal confianza que, para
muchos, apenas requera evidencia. Era, como dijo Jefferson, evidente en s
misma. Asegurar “la mayor felicidad para el mayor nmero” se ha convertido en
el imperativo moral del siglo. Pero qu tan evidente era la bsqueda de la
felicidad?” Era, de hecho, tan obvio que la felicidad era nuestro objetivo
ltimo natural? Los cristianos confesaron que los seres humanos buscan la
felicidad durante su peregrinacin terrenal, pero se mantenan escpticos con
respecto a que pudiera conseguirse. Por otra parte, Jefferson mismo era
pesimista con respecto a si la bsqueda alguna vez llevara a una conclusin
satisfactoria. “La felicidad perfecta nunca fue dispuesta por la Divinidad
para que fuera el destino de una de sus criaturas”, especific en una carta de 1763,
agregando sobriamente que incluso “el ms afortunado de nosotros, en nuestro
viaje por la vida, frecuentemente se encuentra con calamidades e infortunios,
que pueden afligirnos enormemente”[2].
l concluy que “fortalecer nuestras mentes” contra estos ataques “debera ser
uno de los principales estudios y esfuerzos de nuestras vidas”.
Mientras que en el siglo V Boethius poda afirmar que
“Dios es la felicidad misma”[3],
para mediados del siglo XIX la frmula fue invertida a “la felicidad es Dios”.
La felicidad terrenal surgi como el dolo de dolos, el meollo del sentido de
la vida moderna, la fuente de la aspiracin humana, el propsito de la
existencia, el por qu y el propsito. Si la felicidad no estaba, como dijo Freud,
“en el plan de la Creacin”[4],
estaban aquellos listos a cambiar la obra del Creador para ponerla all
fabricndola, consumindola y exportndola en forma de democracia y de economa
de libre mercado (materialismo). Como observ el filsofo Pascal Bruckner, “la
felicidad es el nico horizonte de nuestras democracias contemporneas”. Como
una religin sustituta, el materialismo traslad a Dios a los centros
comerciales.
La felicidad en la cultura
occidental
En nuestra cultura, se cree comnmente que la felicidad
se alcanza cuando te vuelves rico, poderoso o popular. Los jvenes quieren ser
aquel dolo popular del pop, los viejos suean con ganarse la lotera. A menudo
buscamos felicidad tratando de eliminar toda la tensin, la tristeza y el
enfado. Para algunos, la felicidad estriba en terapias que alteran el humor. Eva
Moskowitz, una historiadora, ofrece cierta idea de la obsesin estadounidense
con el evangelio de la terapia: “En la actualidad, esta obsesin no conoce
lmites hay ms de 260 [tipos diferentes de] programas de 12 pasos en Estados
Unidos”[5].
Una razn por la que tenemos tanto problema para
alcanzar la felicidad, es que no tenemos idea de qu es. En consecuencia,
tomamos malas decisiones en la vida. Una historia islmica nos ilustra la
relacin de decisin con felicidad.
“Oh, gran
sabio Nasrudin” dijo
el
estudiante impaciente, “debo formularte una
pregunta
muy importante, cuya respuesta
buscamos
todos: Cul es el
secreto
para lograr la felicidad?”
Nasrudin
pens por un rato,
luego
respondi: “El secreto de
la
felicidad est en las buenas decisiones”.
“Ah!”,
dijo el estudiante. “Pero, cmo
aprendemos
a tomar buenas decisiones?
“Con la
experiencia”, respondi
Nasrudin.
“S”,
dijo el estudiante. “Pero, cmo
obtenemos
experiencia?”
“Tomando malas decisiones”.
Un ejemplo de que tomamos buenas decisiones es saber que
las comodidades materialistas por s mismas no conducen a una felicidad
duradera. Habiendo llegado a esa conclusin por nuestro propio juicio, no nos
enquistamos en nuestras comodidades. Continuamos ansiando una felicidad que
parece fuera de alcance. Hacemos ms dinero creyendo que es la forma de ser
felices, y en el proceso descuidamos a nuestra familia. Muchos grandes eventos con
que soamos producen menos felicidad por menos tiempo de lo que esperbamos.
Adems de obtener menos felicidad de la que esperamos, con frecuencia no
sabemos exactamente lo que queremos, lo que nos har felices o cmo
conseguirlo. Juzgamos mal.
La felicidad duradera no proviene de “hacerla”. Imagina
que alguien pudiera chasquear sus dedos y darte fama, fortuna y ocio. Seras
feliz? Estaras eufrico, pero a corto plazo. Gradualmente te adaptaras a tu
nueva circunstancia y la vida volvera a su mezcla normal de emociones. Los
estudios muestran que los ganadores de grandes premios de lotera, despus de
unos pocos meses no son ms felices que la persona promedio. Para recuperar la
alegra, ahora necesitaras un nivel an ms elevado.
Considera, tambin, cmo la hemos “hecho”. En 1957, nuestro
ingreso por persona, expresado en dlares estadounidenses actuales, era menos
de $8.000. Actualmente es de $16.000. Con el doble de ingresos, ahora tenemos
el doble de bienes materiales que el dinero puede comprar incluyendo el doble
de autos por persona. Tambin tenemos hornos microondas, televisores a color,
reproductores de video, mquinas contestadoras, y $12.000 millones al ao de
zapatos atlticos de marca.
Entonces, ahora somos ms felices? No. En 1957, el 35%
de los estadounidenses le dijo al Centro de Investigacin de Opinin Nacional
que era “muy feliz”. En 1991, solo el 31% dijo lo mismo[6]. Entre
tanto, los ndices de depresin se han elevado.
El Profeta de Dios dijo:
“El verdadero enriquecimiento no tiene que ver con la
posesin de una gran cantidad de riqueza, sino que el verdadero enriquecimiento
es el enriquecimiento del alma” (Sahih Al Bujari).
Pie de pgina:
[1] Ciudad
de Dios
(XIX.4-10).
[2] Notas para una
autobiografa, 1821.
[3] De Consol, iii.
[4] Civilizacin y sus
descontentos, 1930.
[5] En la terapia confiamos:
La obsesin de Estados Unidos con la autorrealizacin.
[6] Centro para un Nuevo
Sueo Americano, 2000, Reporte Anual (www.newdream.org/publications/2000annualreport.pdf).