Alabado sea Dios
El llamado a interpretar el Sagrado Corán y la Sunnah del
Profeta de una manera apropiada para nuestra era moderna puede ser correcto
o incorrecto. En otras palabras, puede ser entendido de una manera correcta
o incorrecta, dependiendo de lo que la persona que lo plantea pretenda, y de
si sus objetivos y metas son genuinos (islámicos) o son ideas ajenas al
islam.
Si el objetivo es reinterpretar lo que está probado y es
claro (de las creencias y principios islámicos) de modo tal que se desvíen
del significado original y definitivo, y torcer los significados y objetivos
de estos principios de tal manera que se adapten a los caprichos y deseos,
pensamientos e ideas cambiantes de la gente, entonces, en ese caso, el
propósito detrás de esto (reinterpretar creencias y principios islámicos
básicos) es indudablemente erróneo. Ese enfoque nunca se detendrá en
cancelar el texto coránico y ocultar su luz; sino que irá más allá hasta
cancelar la razón mediante la que pensamos y entendemos lo que leemos y
oímos.
Esto se debe a que el lenguaje, que es algo común a todas las
personas y que puede variar de una región a otra, es un transmisor confiable
de metas y significados, y es el medio básico de comunicación entre las
personas. Esto es algo claro en las mentes y los corazones de las personas.
Entonces, quien escucha el elogio de una persona, o la crítica, o una orden
o una prohibición en una frase clara, con un significado claro, entonces no
tiene sentido entenderlo como lo contrario del significado indicado por el
lenguaje y cambiar su significado de tal manera que sea apropiada para su
entorno, como él dice. Si él entiende el elogio como crítica, una orden como
una prohibición, un informe real como algo imaginario, y así sucesivamente,
esa interpretación conducirá a una verdadera confusión y pérdida del mensaje
original.
¿Por qué esas personas quieren interpretar el Corán y la
Sunnah de esa manera, cuando saben que los objetivos básicos del Corán se
expresan en textos claros y no pueden ser socavados por interpretaciones
basadas en deseos personales, ni cambiadas por interpretaciones con motivos
ocultos?
Allah, Glorificado y Exaltado sea, dice (interpretación del
significado):
“Así te he revelado el Corán en (idioma) árabe. Pero si tú
sigues sus pasiones después de haberte llegado el conocimiento, no tendrás,
fuera de Dios, defensor ni protector alguno”. [ar-Ra’d 13:37]
“He expuesto en el Corán toda clase de ejemplos para que
reflexionen”.
“Este Corán ha sido revelado en idioma árabe y sin
contradicciones para que tengan temor de Dios”. [az-Zumar 39:27, 28].
El conocimiento y la guía con los cuales se envió el Corán y
la Sunnah es una guía que se basa en principios fundamentales y objetivos
sublimes, que permite al ser humano conocer la razón de su existencia y el
propósito de su creación, y la naturaleza de su relación con su Creador,
Glorificado y Exaltado sea, y lo que sucederá después de la muerte, la
resurrección y el ajuste de cuentas; explica a las personas el camino de la
virtud, los buenos modales y los valores nobles. Además, se basa en los
objetivos de la shari’ah, que apunta a proteger las necesidades esenciales y
fundamentales de las personas. En el Corán y la Sunnah también encontramos
historias de los Mensajeros y Profetas que llevaron la antorcha de la luz a
lo largo de la historia humana, y ejemplos de los sacrificios que hicieron,
y lo que tuvieron que soportar de sufrimiento y persecución en manos de sus
naciones y pueblos; así estas historias pueden ofrecer lecciones para todas
las generaciones posteriores, a fin de que la humanidad no olvide el
propósito de su existencia, que puede resumirse en el versículo en el que
Allah, Exaltado sea, dice (interpretación del significado):
“Él es quien creó la muerte y la vida para probarlos y
distinguir quién obra mejor. Él es el Poderoso, el Perdonador”. [al-Mulk 67:
2].
Es el derecho de todas las personas cuestionar a este
respecto qué se cambiaría de estos grandes principios con el cambio de
tiempo y lugar.
¿Cómo puede ser posible cambiar estos objetivos holísticos
para adecuarlos a nuestro tiempo y presente, cuando son —en su contenido y
redacción, y en su naturaleza— valores fijos y originales que no están
sujetos a cambios, con cambios en el tiempo, lugar y las circunstancias? Más
bien, estos objetivos están bien establecidos en los mensajes de todos los
Mensajeros y Profetas, y permanecerán así hasta el fin del mundo.
Lo que esto (el llamado a reinterpretar los textos
religiosos) implica es que los textos islámicos, y los mandatos y
prohibiciones que contienen, solo se dirigieron a las personas que vivieron
en el momento en que se envió la revelación, o cuya situación es similar a
la de aquellos entre los que se reveló el Corán. En cuanto a los que
vinieron después de ellos y vivieron en un mundo diferente al suyo, estos
textos islámicos no son aplicables.
Cuando las circunstancias y el modo de vida de las personas
en general, cambian —como es el caso de las personas hoy día— entonces (como
implica el llamado a la reinterpretación) estas reglas que están incluidas
en los textos islámicos no son aplicables, ya sea en términos de órdenes o
prohibiciones, e implica que pueden reinterpretar los textos de una manera
diferente al significado original, y vivir sus vidas en consecuencia, y
considerar esta nueva interpretación como la correcta comprensión de la
religión en su caso, así como la interpretación original representaba el
entendimiento correcto de la religión en el caso de aquellos a quienes se
dirigió en el momento de la revelación.
Uno de los que tienen esta mentalidad dijo: “La actitud
coránica hacia las mujeres era una actitud que estaba conectada a una era
particular, y estas reglas y regulaciones eran apropiadas para una época en
particular. Es muy posible que tales normas y regulaciones no sean adecuadas
para aplicarse en la época en que vivimos”. [Hiwaar hawla Qadaayaa
Islamiyyah, por Iqbaal Barakah, p. 102].
Otro dijo: “Sabemos que los antiguos textos religiosos no
estaban desconectados de las sociedades antiguas, y que el sistema de
gobierno, el estatus de la mujer, los derechos y deberes del hombre, y la
relación entre religión y autoridad política en estos textos es una
expresión de la realidad de las sociedades antiguas, que ya no existe y ya
no es necesaria”.
Algunos de ellos piensan que las reglas y regulaciones
relacionadas con la adoración y las relaciones comerciales fueron dictadas
por el ambiente simple de Hiyaz en el momento del Mensajero (la paz y las
bendiciones sean con él), y no están conectadas a otro entorno.
[Islam Bayna ar-Risaalah wa’t-Taarij por ‘Abd al-Mayid ash-Sharafi, p. 61].
Así que el hombre de hoy no está obligado a adherirse a estas
reglas y regulaciones, como resultado de las nuevas circunstancias en las
que vive, y cuando el Corán se dirige a las personas (“Oh gente …”), lo
que se quiso decir aquí con “gente” es la primera comunidad que rodeó al
Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) y que escuchó el Corán de sus
labios por primera vez. [al-Fikr al-Usuli por Arkun, p. 30].
Uno de ellos dijo: “Del mismo modo, es apropiado volver a
examinar algunas reglas y regulaciones islámicas que eran apropiadas en ese
momento, pero no podemos imaginar implementarlas en la actualidad, después
del desarrollo del pensamiento político internacional, el más importante de
los cuales es lo que se conoce como fiqh ahl adh-dhimmah (jurisprudencia con
respecto a los no musulmanes que viven bajo el dominio musulmán) …. No hay
forma de implementar este capítulo del fiqh que se produjo en circunstancias
particulares en el pasado.
También exige un reexamen de algunas reglas y regulaciones
económicas que fueron introducidas en respuesta a una realidad social que es
completamente diferente a nuestra realidad contemporánea, la más importante
de las cuales es la que tiene que ver con las transacciones bancarias que
forman la base de la economía contemporánea, como los rendimientos del
capital que se presta, donde el objetivo de prohibir tales retornos en ese
momento era proteger a los débiles y necesitados, porque si se explota la
necesidad de ellos de dinero para comprar sus alimentos diarios, las deudas
se acumularían y el prestamista terminaría apoderándose de sus casas y
campos.
Algo similar puede decirse acerca de los castigos que fueron
dictados por las circunstancias de la sociedad en aquel momento, ya que la
sociedad era primitiva y no había estado o gobierno para garantizar la
seguridad; la gente en ese momento se abalanzaría sobre la otra para
vengarse. Por lo tanto, establecer las penas era la opción menos malvada y
la menos dañina, porque a pesar de que eran bárbaras, ofrecían protección a
la sociedad de esa época contra aquella que era peor, más violenta y más
bárbara. [Al-Islam wa’l-Hurriyyah al-Iltibaas at-Taarikhi, por Muhammad
ash-Sharafi, p. 89].
El hiyab ya no es apropiado en la era moderna, según dicen, y
no corresponde al estado y la libertad que las mujeres han alcanzado, ya que
ahora están involucradas en todos los ámbitos de la vida pública, como
escuelas, universidades, fábricas, administración y negocios. De hecho,
incluso los actos de adoración están sujetos a cambios en la era moderna,
porque la forma en que los musulmanes solían adorar en el momento en que se
reveló el Corán, no es vinculante para quienes viven en la actualidad, si
cambian las circunstancias de la vida. Más bien, pueden seleccionar entre
estos actos de adoración aquellos que son apropiados para sus
circunstancias.
Si, por ejemplo, el Profeta (la paz y las bendiciones sean
con él) solía realizar sus oraciones de una cierta manera, eso no significa
que los musulmanes en todos los lugares, tiempos y circunstancias estén
obligados a seguir este método.
[al-Islam
bayna ar-Risaalah wa’t-Taarikh por Muhammad ash-Sharafi, p. 62-63].
Basado en este entendimiento, la conclusión será que no hay
significado fijo para los textos islámicos, entonces lo que las personas de
una era en particular entienden que se requiere de ellos, puede convertirse
en algo que no se requiere para otros, y lo que entienden que no se requiere
de ellos, puede ser entendido por otros como requerido, como resultado de
cambios en las culturas de una época a otra. [an-Nass, as-Sultah,
al-Haqiqah, por Nasr Haamid Abu Zayd, p. 139].
La razón de este enfoque equivocado es porque ven los textos
del Corán y la Sunnah como textos escritos por humanos que deben tratarse
como cualquier otro texto; por lo tanto, pueden estar sujetos a lo que otros
textos están sujetos, y pueden ser examinados a la luz de la historia, y los
cambios y desarrollos que afectan a las sociedades.
Por lo tanto, Nasr Haamid Abu Zayd dijo: El texto coránico
—aunque es un texto divino— no va más allá de ser un texto; por lo tanto,
debe estar sujeto a las reglas de la crítica literaria, como cualquier otro
texto literario. [Mafhum an-Nass: Diraasah fi ‘Ulum al-Qur’an, por Nasr Abu
Zayd, p. 24].
Arkun dijo: El Corán no es más que un texto entre otros, y es
el mismo en términos de complejidad y los significados ricos y poderosos que
contiene, como la Torá, el Evangelio y las escrituras budistas e hindúes.
Cada uno de estos textos fundamentales estuvo sujeto a varias
interpretaciones en diferentes momentos de la historia, y puede estar sujeto
a una interpretación posterior en el futuro. [al-Fikr al-Usuli por Muhammad
Arkun, p. 36].
Este es claramente un argumento engañoso. ¿Cómo podrías
equiparar el Libro de Allah con estos libros distorsionados o aquellos
escritos por humanos? ¿Cómo se puede comparar las palabras del Señor de los
Mundos, que tiene conocimiento de lo que fue y lo que será, con las palabras
de los humanos que tienen muy poco conocimiento? Las palabras de Allah no
pueden ser limitadas y restringidas a un tiempo en particular, porque Allah
las reveló para ser constitución y guía para todas las personas en todos los
tiempos y circunstancias, y Él sabe lo que es mejor para Sus siervos y lo
que es apropiado para ellos en todos los tiempos y circunstancias; nada está
oculto de Él, y Él es el Que todo lo oye, el Que todo lo ve. Le decimos a
estas personas (interpretación del significado): “¿Acaso saben más que
Dios?” [Al-Baqarah 2: 140]. Fin de la cita de Bid’at I’aadah Fahm
an-Nass, por el Sheij al-Munayyid (p.51-56).
Pero si lo que se quiere decir con su pregunta es comprender
los nuevos desarrollos a la luz de las enseñanzas islámicas aplicando los
textos de revelación a estos desarrollos en nuestro propio tiempo e intentar
examinar estos nuevos desarrollos, ya sean menores o grandes, a la luz de
los textos islámicos y de una manera que sirva a los objetivos y fundamentos
del Corán y la Sunnah, y de una manera que respete los principios básicos
del Islam en general, y que enfatice la importancia de adherirse a los
mandamientos y prohibiciones de la shari’ah, teniendo en cuenta los cambios
en el tiempo, lugar y las circunstancias en cuestiones que están sujetas a
iytihad y la valoración de los pros y los contras, cuando no haya un texto
específico sobre estos temas; entonces debe hacerse de una manera que se
base en la comprensión adecuada del espíritu del Islam y su mensaje central,
de tal manera que se ocupen de las preocupaciones del ser humano moderno y
lo capaciten para adherirse a las reglas y regulaciones prescritas por Allah
para Sus siervos. Este es un objetivo importante por el que todos deberíamos
esforzarnos, y es aprobado por todos los estudiosos, que se han esforzado
para lograrlo en todos los tiempos y épocas.
Los expertos discutieron, por ejemplo, el valor de la
veracidad y la sinceridad, y cómo se puede lograr y aplicar dentro de las
variables de sus sociedades, y cómo la creencia en lo oculto y en la
resurrección, y en la vida después de la muerte puede presentar un marco
íntegro para tratar con las preocupaciones de nuestro tiempo y los problemas
que enfrentan las personas, y el impacto que esta creencia puede tener para
lograr justicia en las reglas y regulaciones que rigen las vidas de las
personas, si sus constituciones y sistemas de leyes se basaron en los
principios de justicia y misericordia y los objetivos del último mensaje a
la humanidad, o sea, el mensaje del Islam. Hay muchos ejemplos similares y
detalles que podríamos discutir sin fin. Todos estos son objetivos nobles y
un enfoque sólido, al que llamamos y apoyamos, ya que las propias enseñanzas
del Islam llaman a ello y lo respaldan, porque las enseñanzas del Islam
incluyen factores que lo hacen adecuado para cada momento y lugar, y lo
califican para dar respuestas a los nuevos desarrollos a través de las
épocas, ayudando a los académicos a comprender la dinámica social cambiante
y a evitar ser congelados en algún molde tradicional. Esta es una cuestión
cuya realidad no puede ser comprendida sino por alguien que entiende las
ciencias de usul al-fiqh (principios básicos de la jurisprudencia islámica),
qawaa’id at-tafsir (fundamentos de la exégesis coránica) y la filosofía de
‘aqidat al-Islam (doctrina islámica).
Este tipo de reinterpretación debería estar sujeto a muchas
pautas. Entre las más importantes están las siguientes:
1. Adherirse al consenso de los sabios, según el cual
lo que los académicos acuerden es constante y no puede ser cambiado o
alterado; aquello de lo que difieran los estudiosos puede estar sujeto a un
nuevo examen y revisión, lo que nos da espacio para la renovación.
2. Adherirse a las reglas del idioma árabe con
respecto al significado de las palabras individuales y entender el contexto
de esas palabras, tal como las entendió la primera generación, en cuyo
lenguaje se reveló el Corán, y evitar cualquier interpretación que sea
contraria a las directrices sobre el lenguaje y la buena comprensión del
idioma árabe.
3. Examinar toda la evidencia de la shar’ia que nos
ayuda a entender un texto en particular e interpretar el Corán a la luz del
Corán mismo y a la luz de la Sunnah del Profeta y las opiniones de los
Sahaabah y Taabi’in , porque las fuentes de la shari’ah —como lo explican
los estudiosos del usul— son varias; el mufassir debe examinarlas y
comprenderlas para que pueda desarrollar una comprensión sólida y para que
su conclusión se base en una metodología sólida, de lo contrario, su
conclusión puede no ser buena y correcta.
4. Una de las pautas más importantes en este tipo de
reinterpretación es que aquellos que asumen esta tarea deben ser personas
calificadas que combinan conocimiento con temor a Allah, y las personas por
las que la gente de conocimiento da testimonio están bien versadas en
conocimiento y son especialistas que están bien versados en los textos
religiosos y en los objetivos de la shari’ah, además de tener un sólido
compromiso religioso, piedad y temor a Allah, Glorificado sea. Por lo tanto,
el camino quedará bloqueado para aquellos que quieran violar la santidad del
Sagrado Corán (al malinterpretarlo), aquellos que afirman tener conocimiento
pero son ignorantes y simulan poseer lo que no tienen de conocimiento sobre
textos religiosos y sabiduría.
Y Allah sabe mejor.