“Nada ni nadie puede impedir que una misericordia
de Dios alcance a la gente; pero si l la retuviese, no hay nada ni nadie que
pudiera hacer que les llegara. l es el Poderoso, el Sabio. Oh, gente!
Recuerden las bendiciones que Dios les ha concedido. Acaso hay otro Creador
adems de Dios que los sustente de lo que hay en el cielo y en la Tierra? No
hay nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Dios. Por qu entonces se
desvan? Si te desmienten [oh, Muhammad!], ya antes de ti otros Mensajeros
fueron desmentidos. Todos los asuntos vuelven a Dios. Oh, gente! La promesa de
Dios es verdadera. Que no los alucine la vida mundanal, y que el Seductor no
los aparte de Dios. El demonio es para ustedes un enemigo, tmenlo como un
enemigo; l seduce a sus seguidores para que sean de los moradores del
Infierno. Los que rechazan el Mensaje recibirn un castigo severo, mientras que
los creyentes que obren rectamente obtendrn el perdn y una gran recompensa”.
(Corn 35: 2-7)
Este artculo analiza
seis versculos esenciales del comienzo del captulo 35
del Corn. Esta sura es conocida con dos nombres distintos, ambos tomados de la
primera aleya: Fatir, que significa “Originador; y Al Malaika,
que significa “los ngeles”. Los eruditos musulmanes estn de acuerdo en que el
estilo de la sura indica que fue revelada durante el perodo mecano, en un
tiempo en que los esfuerzos del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean
con l) por divulgar su mensaje eran frustrados y bloqueados. Las seis aleyas
que se exponen les recuerdan a los creyentes la misericordia y la gracia de
Dios, y les advierten del engao inherente en la vida mundana. Concluyen con el
consejo de tratar a Satans como un enemigo abierto, y con un refuerzo del
contraste entre el Ms All del creyente y el del incrdulo.
Un aspecto del poder de Dios es la
misericordia mencionada en la segunda aleya: la misericordia que l otorga a la
humanidad. La palabra rabe aqu utilizada ha sido traducida de diversas
maneras, como misericordia, gracia o bendiciones. Cuando este atributo es
entendido en su totalidad, se arraiga en el corazn y en la mente; el poder de
Dios para dar y retener segn Su voluntad cambia la forma en que vemos la vida
en este mundo. No existe otro poder en los cielos ni en la Tierra, y entender
esto significa que el creyente abandona cualquier pensamiento de recibir
misericordia o bendiciones de alguna otra fuente. Aquellos de la creacin que
tienen algn poder o autoridad estn tambin subordinados a Su voluntad y
poder. La gracia de Dios se refleja en los favores que derrama sobre la
humanidad, tanto en colectivo como de forma individual, y Su gracia se refleja
tambin en lo que es negado.
El Profeta Muhammad hizo nfasis en
esto en muchos de sus dichos. l quera que los creyentes tuvieran un
conocimiento completo y activo del hecho de que no hay poder en el universo que
no tenga a Dios como su fuente. l dijo: “Nadie tiene derecho a ser adorado
excepto Dios, nico, sin asociados ni copartcipes, a l pertenece toda
soberana y toda alabanza, y l es Omnipotente. Oh, Dios! Nadie puede evitar
lo que has querido otorgar y nadie puede otorgar lo que has querido evitar; y
ninguna riqueza ni majestad puede beneficiar a nadie, ya que de Ti proviene
toda riqueza y toda majestad”[1].
La siguiente aleya, la tercera, nos
pide que recordemos las bendiciones que Dios nos ha otorgado. Nos pregunta cmo
es posible que las olvidemos. Acaso existe otro creador distinto a Dios?
Puede algo o alguien darnos sustento de los cielos y de la Tierra? No! Nadie
tiene derecho a ser adorado sino Dios, entonces, cmo puede alguien darle la
espalda a esta verdad indiscutible?
Ahora Dios se dirige al Profeta Muhammad,
recordndole que los mensajeros anteriores a l tambin fueron acusados de
mentir. No es necesario que te preocupes, le dice Dios. Finalmente, todos los
asuntos regresan a Dios y l tomar la decisin final, todos los juicios
descansan en l. La promesa de Dios es verdadera. Por lo tanto, no debemos
engaarnos por la vida de este mundo. Los accesorios mundanos de esta vida
pueden engaar a las personas para que crean que la promesa de Dios no es
cierta. Las atracciones de esta vida nos impiden ver el panorama general. El
mundo es un lugar transitorio, es poco ms que un descanso en el camino hacia
la vida eterna. Si perseguimos la riqueza y el poder, creyendo que eso nos
asegurar el futuro, nos habremos engaado a nosotros mismos. Si estamos dando
tumbos, incapaces de enfocarnos en la cercana del Ms All, nos convertimos en
presas del gran embaucador, Satans, cuyo propsito es alejar a la humanidad
del camino recto.
Satans nunca ser nada ms que un
enemigo, as que Dios nos instruye a tratarlo como tal. No te hagas amigo de l
ni escuches su consejo, no sigas su ejemplo, no sigas sus pasos porque dichas pasos
solo conducen al fuego ardiente. Dios quiere que los creyentes estn alertas y
preparados para participar en esta batalla sin fin con el mayor adversario de
la humanidad.
Jams olvides que el objetivo de
Satans es hacerte creer que Dios no existe. Si l no puede hacer que olvides a
Dios, tratar de hacerte creer que Dios te ha abandonado, dejndote indefenso
en un mundo lleno de terrores. El creyente sabe que esto no es cierto. Dios es
accesible en todo momento y nos ha proporcionado todo lo que necesitamos para
nuestra supervivencia espiritual. En su ltimo sermn, el Profeta Muhammad nos
dijo que Satans ha perdido toda esperanza de extraviar a los creyentes en
grandes cosas, y nos record que debemos estar prevenidos de seguirlo en las
cosas pequeas.
Dios dice que aquellos que no crean
sern castigados con severidad. Ese es el objetivo final de Satans, para
asegurarse de no ser el nico castigado en el Infierno. Un dicho moderno afirma
que la miseria ama la compaa, y Satans est trabajando para asegurarse de no
ser el nico que se sienta miserable en el Da del Juicio. Por otro lado, los
que creen y hacen buenas obras sern perdonados y ampliamente recompensados.
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[1]
Al Bujari, Sahih Mslim.